La seda es ligera, hipoalergénica y fresca. Ayuda a regular la temperatura corporal, evitando el exceso de calor o frío. Además, es ideal para pieles sensibles, ya que reduce la fricción, previene irritaciones y cuida la piel mientras duermes. Su textura suave también protege el cabello, minimizando el frizz y las puntas abiertas. Vestir seda no solo es un lujo para el cuerpo, también lo es para el alma: te conecta con el descanso como un acto de amor propio.